En este post vamos a conocer el árbol frutal llamado Prunus Avium o Cerezo.

La palabra “Prunus” es un nombre latino del ciruelo silvestre. Por su parte, la palabra “Avium” viene del latín y significa de los pájaros porque alude al consumo de sus frutos por los pájaros.

Historia de la cerezo

La cereza es un alimento que se conoce desde la Prehistoria. Se cree que el origen del cerezo está en Asia Menor y que pudo llegar a Europa a través de pájaros migratorios.  ¿Mito o verdad? Lo cierto es que muchos pueblos antiguos disfrutaron del placer de comer las cerezas.

A la Península Ibérica las cerezas pudieron llegar de la mano de los árabes.  Los primeros documentos del cultivo se remontan al siglo XIV. El 2 de junio de 1352 varios emisarios del rey de Navarra, que se dirigían a Sevilla para entrevistarse con el Rey Cristiano; Pedro I, pasaron la noche en Cabezuela del Valle y durante la cena les sirvieron truchas y cerezas.

Los agrónomos de al-Andalus incorporaron nuevos sistemas hidráulicos, técnicas de abono y sistemas de injertos.   De acuerdo con las pautas establecidas, solo se injertan entre sí los árboles pertenecientes al mismo género.

El Prunus es una de estas variedades.  Su fruto, el cerezo es designado en Árabe con varios nombres, entre ellos el guindo.

El agrónomo de origen granadino, al-Tignarî, menciona en un texto el guindo (Prunus cerasus):

variedad ácida de montaña que se da bien en Sierra Nevada”.

Propiedades de las cerezas

Las cerezas son ricas en vitaminas K, A y C. Además, las cerezas nos aportan hierro, calcio y fósforo. Tiene un bajo contenido en grasas y nada de colesterol, son antioxidantes y su valor energético lo aportan en su mayoría, los hidratos de carbono.

Tienen un poder depurativo, sirven para eliminar líquidos al contener potasio y carecer de sodio, lo que las confiere un cierto poder adelgazante.

Se recomienda consumir cerezas a las personas con osteoporosis y las menopausias dado su contenido en hierro y calcio que fortifica los huesos.

Las flores del cerezo son de color blanco y aparecen simultáneamente con las hojas, entre marzo y mayo. A veces, se confunden con el almendro. Las hojas del almendro son estrechas y alargadas, mientras que la hoja del cerezo es ovalada y más puntiaguda.  Su dulce fruto es carnoso y de color rojo negruzco cuando está maduro.

Este verano, entre los meses de mayo a julio, podremos ver los coloridos cerezos de la Alhambra. Te animo a disfrutar de esta fruta tan deliciosa y a realizar una visita guiada conmigo.